“Sergista de corazón y apasionado por la filosofía y la teología”, así se describe el profesor Alonso Jaramillo Contreras, quien llegó hace más de dos décadas a la Universidad y desde entonces ha formado a más de 1000 estudiantes. Su admiración por el rector fundador, Rodrigo Noguera Laborde, y el cariño que siente por la Universidad lo han convertido en uno de los personajes más entrañables de La Sergio.

Su vida ha estado dedicada a la enseñanza de la teología como disciplina, pero este carismático docente de 61 años también tiene estudios de Comunicación Social y Filosofía. Como si el destino hubiera estado escrito, el profesor Alonso afirma que desde muy pequeño supo que su vida estaría ligada a la docencia, ya que en su infancia disfrutaba explicarles temas de estudio a sus compañeros.

Por mucho tiempo enseñó teología en el Ejército Nacional de Colombia y en la Armada Nacional. Su pasión por la religión y su fe inquebrantable le han llevado a pertenecer a importantes órdenes religiosas, como La Soberana Orden Militar de Malta, la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén y la Orden Constantiniana de San Jorge.

En diálogo con este apreciado Sergista, conocimos algunos aspectos de su vida y anécdotas especiales que lleva en su corazón.

Cuando llegó a La Sergio, ¿Cómo era la Institución entonces?

Inicié mi docencia en la Universidad en 2001 y esto se dio porque uno de los libros que había publicado de Historia de la Iglesia y Teología llegó a manos del entonces rector Rodrigo Noguera Laborde, quien me contactó y me invitó a ser profesor titular de la Cátedra de Cultura Católica, que luego pasaría a llamarse Cultura Religiosa.

Acepté y, en mi primer día, tuve a un grupo de Matemáticas en la asignatura de Cultura Religiosa. Confieso que tenía muchas dudas, precisamente, por el programa que estudiaban, sin embargo, resultó ser una clase extraordinaria, pues siempre demostraron interés por la asignatura, por las humanidades y las religiones. Hoy, después de tantos años, siguen siendo mis mejores estudiantes.

¿Qué destaca como lo mejor de ser docente en La Sergio?

La oportunidad de despertar en los estudiantes el espíritu Sergista y el humanismo cristiano, el hecho de servir a tantos jóvenes que en algún momento darán frutos, educarlos en la ciencia y los valores, inculcarles valores. Porque en el futuro estos estudiantes seguirán siendo grandes personas y excelentes profesionales, con sentido de pertenencia.

Y una anécdota especial con el Doctor Rodrigo Noguera Laborde siempre la comparto. En una ocasión, durante una clase, con los alumnos de décimo semestre de la Escuela Mayor de Derecho, el irrumpió al aula y les manifestó a estos estudiantes que estaban terminando su carrera, la intención de la Universidad de tener nuevos docentes, entonces, procedió a ponerme de ejemplo, llenándome de elogios y resaltando mi vocación como educador. Luego de eso me invitó a tomarme un tinto. Sus palabras y reconocimiento hacia mí son el mejor regalo que me ha dado la Universidad.

En su labor docente, ¿cabe tener asignaturas favoritas?

Pues la verdad, he dictado varias asignaturas en de la Universidad, sin embargo, mi favorita siempre ha sido Cultura e Historia de las Religiones.

Cuáles considera que son las competencias de un profesional Sergista

Es una persona que se caracteriza por estar abierta a la crítica, al conocimiento de la gente; un ser humano con sed de aprender acerca de la verdad y de Dios; un profesional que está en función de profundizar en todas las ciencias humanas y por eso brilla entre los demás.

¿Cuál sería su legado?

Quisiera que me recordaran como un profesor formador, que orientó a sus alumnos a ser excelentes profesionales y Sergistas. Un docente que durante las clases y tutorías no solo comparte conocimientos específicos sino que, además, enseña y va más allá de lo que dicta el plan de estudios. Todo, con la idea de preparar mejor a los estudiantes. Particularmente, y aun cuando la asignatura Cultura e Historia de las Religiones tiene un enfoque cultural y no busca evangelizar, sería de gran orgullo para mí, saber que alguno de mis alumnos se ha inclinado por ser un hombre de Dios gracias a mis enseñanzas.

Su mensaje para los egresados Sergistas…

Que no se olviden de su Universidad y la vean como a ‘una madre’. Que sean agradecidos porque esta Institución los formó para ser buenas personas y grandes líderes, con un entendimiento ideal que fusiona fe y ciencia. Que vuelvan a la Universidad y aprovechen tantas oportunidades de formación adicional, pues siempre hay foros, seminarios, posgrados y actividades que abren otros espacios de relacionamiento con su alma mater y que, aún mejor, pueden tomar virtualmente. Que nunca olviden que un egresado Sergista siempre debe servir a la sociedad.


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